29.8.09

Para la psicología del artista

Al ordenar mi cuarto, me reencontré con un libro que en su tiempo ayudó mucho a mantener mi postura nihilísta de las cosas; uno de los fragmentos que más me gusta hasta el momento es el siguiente:

"Para que haya arte, para que haya una acción o una contemplación estética cualquiera, es indispensable una condición fisiológica previa, la embriaguez. Es menester que la embriaguez haya aumentado la irritabilidad de toda la máquina; sin esto el arte es imposible. Todas las clases de embriaguez, aunque estén condicionadas lo más directamente posible, tienen potencia artística, y antes que todas, la embriaguez de la excitación sexual, que es la forma de embriaguez más antigua y primitiva. El mismo efecto produce la embriaguez que acompaña a todos los grandes deseos, a todas las grandes emociones: la embriaguez de la fiesta, de la lucha, del acto de arrojo, de la victoria, de todos los movimientos extremados, de la embriaguez de la crueldad, la embriaguez de la destrucción, la embriaguez que producen ciertas influencias meteorológicas, como por ejemplo, la embriaguez de la primavera, o bien la influencia de los narcóticos, y por último, la embriaguez de la voluntad, de una voluntad acumulada y dilatada.
.
"Lo esencial en la embriaguez es el sentimiento de fuerza y de plenitud. Bajo la influencia de este sentimiento nos abandonamos a las cosas, las obligamos a tomar algo de nosotros, las forzamos; este processus se llama idealizar. Desprendámonos de una preocupación relativa a este punto; idealizar no consiste, como generalmente se cree, en una deducción y una sustracción de lo que es pequeño y accesorio. Lo que hay de decisivo en ello es un formidable relieve de los rasgos principales, que hacen que todos los demás estén eclipsados".
.
El crepúsculo de los ídolos, F. Nietzche

21.8.09

I am not a robot

Recomendación musical de Francisco que no he logrado sacarme de la cabeza.
Marina and the Diamonds, enjoy!

11.8.09

Getting a green card

Como la mayoria sabe, hace unas semanas que ando del otro lado del río Bravo, escapando del calor con el pretexto de visitar a mis familiares.
Han sido días muy buenos: diversión, bebida, recuerdos, anécdotas y muchas compras. Pero carajo, a qué precio! No pasa un día sin que alguien, con la sonrisa de quien cree saber la respuesta, me pregunte:

- Y no te gustaría vivir aquí?
- Que NO, coño!

... De plano que algunas personas no más son incapaces de entender con buenas palabras.
A pesar de lo agradable que me sea pasar aqui un tiempo, la verdad en mis planes no está vivir en Estados Unidos... por alguna razón, no me siento totalmente cómoda, sino más bien, tengo la impresión de estar actuando alguna mala comedia suburbana escrita por el tío Sam. Claro que se tienen ciertas ventajas al estar aquí, pero la transacción para obtenerlas no es del todo ventajosa al observarse de cerca.
Pero claro, no tengo una bola de cristal en mis manos que me asegure que no pagaré mi boca mudandome en unos años al gabacho y hasta jurando una nueva ciudadanía; pero si alguna vez eso llegara a suceder, juro por mis entrañas no tener lazos con la llamada 'comunidad latina'... sus pláticas de green cards y el 5 de Mayo en español a medio escupir me matan de weba.