Laguna Beach, región 4

Ayer, después de estar buena parte de la mañana en la facultad, me dirigí según el plan acordado a comer con una amiga. Había un calor asfixiante (muy común por aquí) y un hambre bárbara. En fin... nos encontramos, fuímos a comer un delicioso sushi, platicamos por horas de horas, chachareamos por las tiendas. La verdad, una tarde extremadamente agradable. Incluso tuvo sus momentos de comedia involuntaria (como dice Mayaya: "el karma mordiendo como perro rabioso").
Bueno, y... ¿a qué viene todo esto? Mientras comíamos, nos vimos rodeadas por una especie extraña de fémina: ropa según la última tendencia de su biblia Cosmopolitan (les acomode o no) o en su uniforme de escuela católica con un 'twist' de Lolita; peinado largo, en capas y con flequillo; maxibolsas donde se puede esconder un cadáver; lentes que les tapan toda la cara, etc...
Pero no, no es una crítica de moda (acepto que incluso yo suelo disfrazarme así), aunque nos sorprendió la falta de identidad de estos entes: todas y cada una se veían iguales. Imposible reconocerlas. Lo que nos parece extremadamente negativo es el total vacío, superficialidad y estupidez de sus pláticas.
Son hijas de la generación MTV. No sólo lo han visto, sino que han adoptado por completo esa filosofía momentánea de la imagen. Suenan idéntico a 'Quiero mis XV's', 'Sweet 16', 'Laguna Beach'... y no siempre son de ese rango de edad.
Ok. Hay pubertas huecas, eso ya lo sabemos. Pero lo peor del asunto es que esas pubertas crecen. Adultos idiotas tenemos por montones. En fin, transcribir cualquiera de sus palabras ilógicas sería una pérdida de mi tiempo, así que terminaré estas líneas pensando en la manera de evitar la proliferación de este virus.