Capítulo VII

En estos días (más bien, desde mediados de agosto) estoy leyendo Rayuela, de Julio Cortázar. La verdad casi no he podido adelantarlo, en parte porque un mes estuvo perdido y porque le he estado dando preferencia a mi amigo Morfeo.
La historia es muy interesante, aunque a ratos algo complicada, sobre todo porque usa palabras que mi ignorancia no alcanza a conocer. Pero más que interesante, sus descripciones me parecen tanto naturales como inusualmente sensuales.
Según el día, soy la Maga: viendo todo con ojos ingenuos, u Oliveira: viendo a los mortales desde mi cumbre de pensadora inalcanzable. Es una ambivalencia muy extraña.
El caso es que, como a cualquiera que lo lea, me encantó el capítulo VII, así que aquí va un fragmento:

"...Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja..."

PD. Fco, intenté poner el photoshopeo 'Sin City Style' de mi boca... pero se ve azul!