Parece irónico que aún estudiando casi toda la vida en una escuela sólo-mujeres, ahora sea llamada por mis amigos 'la dude'.
Y es entendible... ¿Cómo no llamarme de esa manera, cuando en infinitas ocasiones he sido la única representante del género femenino en reuniones e idas a bares/cantinas? Eso sin contar que por lo general, ninguno de los presentes suele hablar con censura delante mío, en parte por que pocas son las cosas que me asusta escuchar y, si es necesario, puedo responder de la misma manera.
Es extraño: siempre estudié en salones con sólo un 3% de varones, no tengo hermanos y algún problema genético ha de existir en mi familia porque sólo producen cigotos con cromosomas XX.
Me pregunto que me ha llevado a ser lo que Fabián bautizó como "una amiga-dude", es decir, la que siempre escucha confesiones de ebrios, da consejos insensibles, disfruta la violencia (sobre todo en el cine) y se ríe de los detalles clichés de la feminidad... peor aún, me pregunto como esto ha afectado / afecta / afectará mis relaciones con el sexo opuesto.
Ser como soy es una aventura andrógina.