18.11.07

Millas de viajero

Viajar es un placer, que además, tiene la cualidad de regalarnos imágenes y recuerdos que pueden ser reproducidos al infinito en nuestra mente (sobre todo si se cuenta con la ayuda de una buena cámara o video).
Esto es algo que me encanta hacer, y que tristemente logro llevar a cabo en muy pocas ocasiones.
Me gusta curiosiar, llegar a una ciudad desconocida y tener la oportunidad de deambular por las calles sin un plan en concreto. En sí, no me gusta tanto repetir destinos, aunque a veces se encuentran excepciones.
Muchos de los sitios que conozco me han regalado imágenes que atesoro y guardo en mis remembranzas oníricas:
  • Un interminable mar de luces durante la noche (Cd. de México)
  • La mezcla de mar, escarpadas, montañas y bosque en una sola carretera (Sn. Francisco)
  • Una isla capaz de helar la sangre (Alcatraz)
  • Las aguas turquesa con su murmullo que rompe en las arenas blancas (Playa del Carmen)
  • Edificios hedonistas con luces de neón (Las Vegas)
Es bueno recordar que existen otros cielos, y que bajo cada uno de ellos hay momentos inesperados por descubrir. Espero pronto tener un destino nuevo esperando en la agenda.

9.11.07

Uno de fotos. STERN

Marilyn y yo tenemos algo en común: podían abreviarnos como M&M. No me pareceré a ella, pero algo es algo.
Siempre me he preguntado cómo alguien tan bella podía ser tan desdichada. Aún con todo, nunca he deseado ser como Miss Monroe: vivir ahogando la depresión en barbitúricos y champagne además de empobrecedor es demasiado triste.
Hay seres nostálgicos y atribulados, y creo que a veces eso es lo que los dota de un aire de misticismo difícil de explicar. Su tristeza se vuelve su atractivo.
Marilyn era hermosa, pero su dolor la hacía brillar. Tal vez su atractivo estaba en su aspecto endeble: fomentaba el espíritu protector nato en los hombres.
Estos son sólo pensamientos sin sentido que pasan por mi cabeza, así que no me hago responsable por su falta lógica.
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En 1962, Bert Stern captó estas imágenes para Vogue, a mi parecer llenas de una sensualidad inocentemente excitante.
El dato curioso: Stern es el reponsable de la portada de la película Lolita, de Stanley Kubrick.